La lactancia materna, siempre que sea deseada, es el alimento ideal para el bebé. Se recomienda de forma exclusiva hasta los 6 meses, y luego complementada con otros alimentos hasta los 2 años o más, según lo decidan mamá y bebé.
La regla de oro es simple: cuando el bebé quiera, lo que necesite y el tiempo que desee.
En las primeras semanas, las tomas nocturnas cada 3 horas son importantes. Durante el día, puede necesitar antes, ¡y está perfecto!
Si tu bebé toma fórmula, recordá que las señales de hambre y los consejos de crianza son los mismos.
Más allá de la leche, lo esencial es el contacto: abrazarlo, acunarlo y sostenerlo en tus brazos, especialmente durante los primeros 3 meses.
Esa cercanía es tan nutritiva como la leche misma.

La maternidad puede ser tan hermosa como desafiante. Cansancio, dudas y momentos de sentir que no podés más son naturales.
No estás sola: pedir ayuda, apoyarte en tu entorno y armar tu propia tribu es clave para atravesar esta etapa con mayor calma.
Cada maternidad es distinta, cada bebé es único y cada vínculo es especial.
No te juzgues: sos una madre real, y tu forma de transitarlo es valiosa. Abrazá este proceso con amor, confianza y paciencia.